jueves, 23 de diciembre de 2010

DOS GOTAS DE VINO


Estaban encaradas, con su panza y su pico, una apuntaba al norte, la otra al sur. Sobre el blancor con vetas grises refulgían por la luz cenital del farol de sobre barra. Era de noche.
La botella, donde habían pasado algo así como dos años, después de varios meses contenidas en madera las guarecía al oeste. Frente a ellas dos hombres a izquierda y derecha. Uno pensó en soplar, el otro en pasar un trozo de papel. El que las servía por botellas llegó y mojó sus dos índices y los estampó en cada una de las frentes de los pensadores. Nadie despertó a un nuevo mundo, seguían existiendo el norte y el sur y el vidrio vacío hacia el oeste, y el hombre de detrás de la barra, habían desaparecido, tan siquiera, dos gotas de vino.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

CLAN


El frío nos devuelve a la guarida. Al rescoldo, a la herida que se reabre. Me estoy poniendo poético y en realidad quería menospreciar, inclusive maldecir.
Estoy harto de la comidita corporativa, estoy harto de los socio-izquierdistas revestidos, y más harto de los déspotas estirados.
Un hermano mío me habla hoy de los controladores aéreos, de cómo sus academias, de cómo sus familias, de en suma lo que ahora está en boca de todos ellos Los funcionarios, una prueba en libre competencia en base a mérito y capacitación. Y ala allá va.
Dedicaré algún día lo que entiendo por RedPública, que no lo he inventado yo, y también función pública que ahora todo el arcosindicario está defendiendo con campañas carteleras, pero hoy quiero decir una cosa estoy harto de los clanes, de los adocenados y de los acomodados, y de los, coño, como decía ayer mi amigo borracho los de la inacción como forma de pensamiento y de estar. Que critiquen menos y se apliquen más.
Un clan, incluido cualquier amigo con sus conquistas, quiere convertirse en ley, como un complot quiere crear una realidad. Sí, me importa siete carajos quien confunda mi individualismo con que defiendo el capitalismo, cosa que es mentira porque simplemente estamos en el capitalismo y sin defensa, y quien afirme eso que me explique sus acciones fuera del clan, pero mi individualismo no es nada egoísta, esa es la clave: quienes confunden los ismos. He empeñado mi vida, hoy lo voy sabiendo, en formarme y entregarme a una tribu donde existe de todo: el jefe, el chamán, la lavandera…, mis clanes, en los que he estado han sido simplemente emocionales y socioeducativos, hoy casi todos resumen esto del clan en sus cuentas (puro capitalismo): menos horas de trabajo, más dinero, más escaqueos, asecensos y prebendas sin límite, una posición para un despropósito. Váyanse a la mierda, los de mi familia los primeros. Un clan, cualquiera de los que piensen no es un lunar, es un cáncer: HAY QUE ERRADICARLOS. Mientras nos escornamos nos dicen gori-gori, con el pulgar en la nariz y los otros dedos al aire. QUE LOS JODAN, PERO DE VERDAD.

viernes, 10 de diciembre de 2010

CentroEspaña


Balada a ras de tierra
Se dirimía algo importante en Consejodeministros, pero yo no lo sabía. Se celebraba algo importante del 7 al 8 de diciembre, lo sabía pero no lo intuía: Una pancarta te sacaba de dudas ‘Jornadas de Puertas abiertas’; mi acompañante de viaje lo dijo bien ‘vamos a venir a ver el Congreso con los tiros de Tejero y todo’, y no fuimos.
Madrid es cansino te dejes llevar o te dejes ir. Hace algo menos de un año le dediqué unas palabras en un sitio como este: ‘En el Madrid de los sueños’, entonces estaba casi ñoño pero lo mismo de incentivado. Hoy le hablo de otra manera porque tengo para polvorones.
Nunca fui a Madrid en Navidad, y este año sí, no es Navidad, pero como la Lotería de Navidad se comienza a vender el 15 de julio, medio año es Navidad, el organismo se ha cargado al calvo y las loteras se rifan a los clientes, uno en una ciudad tan auténtica como personalizada, nada periférica, se encuentra a uno de su pueblo que le llama a uno por su nombre en pleno camino de la Plaza Mayor ¿qué cojones es esto? ¡Quía! Y así de los seis días nos vemos tres, en tres momentos distintos.
Para dormir nos esperaba un sitio que siempre fue un ‘hospital robao’, duramos dos días y nos fuimos a otro lugar que es un encuentro juvenil de los de entonces, pero con gente de hoy, que en realidad no es tan distinta a los de entonces, se llama Mad Hostel y sale de media a 18 euros cama y croissant y dónuts y café con leche peor que el de la máquina de Vending. Esto en realidad daba igual. El sitio de dormir, digo.
El barrio de Federico Chueca sigue siendo un Parque Temático, el tema depende de lo reina que seas, y sobre todo del tiempo que le eches: que no se altere el gallinero, y de lo guapa que vayas. Tuve incluso ropa de sobra: compré unos calzoncillos para ver que en el fondo de la maleta que me dejaba Rayanair quedaban otros, y una camiseta que no estaba mal, así que le di a una china de Atocha 6 euros por nada. De lo guapa que vayas es que me llevaron a sitios donde estaba Papa Noël con medio siglo menos, y que quieren que les diga, eso LO VEO TODOS LOS DÍAS EN EL ESPEJO.
Expositiva vida cotidiana
Renoir llega con unos cuadros de saldo a darle un brillo navideño al Prado, para contrarrestar meto a mi compañero de viaje a ver las pinturas negras de Goya que le espantan, pero a mi me parece el mejor contraste, como el mejor cuadro de enanos de Velázquez: El Bufón Calabacillas, donde está la cara de todo el Siglo de Oro menos la de Lope, que tenía la patilla más desflecada.
Zapatero lió una guerra contra los controladores aéreos sin decretar el ‘Estado de sitio’, craso error, si se libra una batalla hay que hacerlo en toda regla, si no : ¿Qué herencia le vas a dejar a Rajoy?, ¡mal compañero!
Madrid es una extraordinaria vida cotidiana para mi y para cualquiera de provincias porque uno ha dejado la carcoma en su city y en su cama. Madrid no brillaba este año de manera especial, dicen, le han quitado un 30% al alumbrado, pero eso sí, era extraordinario porque parecía Sevilla una madrugá de Jueves Santo.
Al hospital robao tuve que volver a por mi dentífrico que me mandó una dentista de familia que no parece el mejor, pero era el único que tenía, entonces estaban allí unos del norte luciendo sus buenos abrigos. Si mi partenaire hubiera hecho bien la gestión hubieran mandado a esos al Mad Hostel, pero mi partenair está pensando en un i-pod y en rehacer la revolución, así que estoy muy agradecido a sus sueños y al inquilinato que vivimos, sobre todo porque ni él, ni yo, tenemos contradicción: quien no se deja ir, se deja llevar, que es lo mejor en Madrid.
A lo que iba
Mis pretensiones eran comprar bolsas de papel y de plástico. ¿Les parece bonito?, el resto vino por añadidura: ir a museos, tomar café en el Barbieri, andar por Chueca como un erasmus que busca una invitación, y ver a los viejos andar por las aceras, y reencontrarnos con un joven que no es jovial, se llama Gonzalo, y parece menos Geipermán que ‘En el Madrid de los sueños’, y con un italiano de Ferrara que ¿cómo lo ves Maribel? Sabe que en una sexta planta está la Casa de Granada donde los precios son ‘normales’, se come bien, y se va la luz cuando encienden las estufas de la terraza (la gente canta Cumpleaños Feliz), esto en pleno Tirso de Molina, donde uno (yo) ha ido toda su vida que lleva yendo a Madrid y nunca dio con ese sitio.
En tu estancia se ha entregado el de Wikileaks, se está inundando tu comunidad de origen y le dan a Vargas Llosa el Nobel de verdad. A Zapatero lo abuchean en una onomástica a la que Manuel Fraga va en silla de ruedas, como Carmen Balcells se presenta a la entrega del premio al peruano; esto te hace saber una sola cosa con dos posibilidades: de los viejos importantes el que no se ha muerto se ha quedado paralítico. Aprovecha la vida.
Y por coincidencia en un sitio de flamenquitos apaleaos te salen al encuentro dos cosas que resultan ser un pluf: un polvo que dura diez minutos, y la recomendación de una novela de un novelista que prometía ser pura autenticidad y ha sacado al mercado un perro inflado. La novela se llama ‘Pistolas y cuchillos’, es de Montero Glez, va de Camarón y ha salido oportunamente a los sesenta años que cumpliría en estos días el monstruo de la Isla de San Fernando, de lo que me entero por mi compañero de viaje en El País, porque mi compañero de viaje es lector de El País, y de El País Semanal, y en esas páginas lo despacha la reportera (el asunto de la novela) con: ‘novela de última hora’, lo que me creo, no solo porque lo haya dicho esta señora, la he tenido en mis manos y me he gastado 18 euros en ella, a veces soy subnormal, verdad.
En Madrid no se come mal, si te sabes mover, osea, cansarte, y puedo decir que ha sido de los viajes en que mejor he comido, porque ha sido de los más largos.
Los controladores son el pan nuestro de cada día, y yo voy y me entero en primicia porque me llama uno de mi pueblo para preguntarme ¿estas en Madrid?, jajajaja, ¡claro! y ahí se que esos hijosdelagranputa le habían jodido el viaje a media España. En Madrid hablaron dos ministros sobre eso: Rubalcaba y Blanco, pero yo no les vi: Madrid es muy grande. Nosotros, que somos unos perros-flauta, solo vimos a gente farandulera: Alberto Sanjuan, una actriz rubia con cara de yonki, al ex ministro e imposible presidente de Canarias Juan Fernando López Aguilar, y yo solo (ahora se puede no acentuar) a Quequé, que tiene nombre de pregunta y ha dejado de salir en Telecinco.
No compres más que me vas a matar
Rastreando el domingo me compré unos vaqueros, un dosel indio y unas bollas de cristal enguitadas, las que al final no me compré en mis vacaciones de verano. SOY TAMBIÉN UN CONSUMISTA Y QUÉ. En la penúltima noche, después de haberme pegado un retiro encontré a uno de Calabria en el Parque Temático que se llama Chueca y: ‘del cuello de una nube aquella madrugada me colgué’: hermosura. En la última comida mi amigo y compañero me dice que quiere reeditar sus grandes éxitos redimiendo al Nuevo Mundo, es que mi amigo dos cosas: o pasó mucho por el teatro Häagen-Dazs, donde se ponía la obra ‘Los ochenta son nuestros’ de Ana Diosdado, de la que dice que se repite -creo que como él-, o tiene mala concienca, lo que sólo se cura con psicología: LA CONCIENCIA COLECTIVA ES HISTORIA. Le conmino a que reedite sin contar conmigo.
La última noche, abandonado el campamento multicultural de literas a un hostal tan marrano como cualquier pensión de Lavapiés, paseo por Cava Baja donde los vinos y los aperitivos son baratos si el bar tiene pinta de barato (los perros-flauta curiosamente se los toman en los más caros). Un joven dice en el quiosco-bar que da a la calle: ‘hice un trabajo con la radio, que es más auténtica que Radio Vallecas, de la red de radios libres-comunitarias, donde tiene programa los parados, las empleadas de hogar, la gente de la cárcel… creo también…’ quiero tranquilizar a mi amigo que quería meterme en un lío: ‘Algunos aún hoy siguen oyendo tus grandes éxitos, dedicate a hacer tus obras completas’, puse en la dedicatoria del libroengaño de Camarón ‘somos la senda inacabada’, copiado de Umbrasl, pues eso. La mala conciencia se cura con redención, con dogmas de fe. La política real es un buen camino, no le des más vueltas amigo.
El coño de la niña y ‘La Negra Tomasa’
A Zapatero le abuchearon en el Congreso en el cumpleaños de la hija de Manuel Franga, una hija a la que le metieron dos tiros y le irritaron el coño, saliendo en su defensa un rey mago, era día de fiesta: al Congreso le han puesto luces de Navidad. En la Negra Tomasa, la negra que echa las cartas cobra veinte euros. El grupo de chicas cubanas canta y toca muy bien el son, la salsa y la guaracha; me llega a traición un hombre que se llama Jesús y se presenta, le toco su pulsera de santero y me dice que eso no se puede tocar, pero a su vez eso le licencia para birlarme un Camel. Le pregunto si la bruja es buena, aunque a mi no me queda a penas dinero para pagarle la consulta, y me dice que: ‘cada uno es reina en su tierra’. Él lleva veinte años en Madrid, es cubano, trabaja para la Comunidad (intuyo que de cocinero o limpiador), me dice que es sacerdote de la religión afrocubana, le digo que con qué medio adivina y repite: Babalawo, ni corto ni perezoso me larga una tarjeta: ‘Jesús Diego Echenique Pérez/ Awo Orunmila Osalofolbello/ consulta de Babalawo adivinación/ Gomez de Avellaneda, 43, 5º B 28017 Madrid/ Telef. 699 414 279 Cheny56@hotmail.com. Le digo que habiendo allí una bruja tiene muy poca vergüenza con lo que ha hecho. No se les ocurra recurrir a él.
Duermo cuatro horas y vuelvo a mi ciudad. Madrid ha sido eso: una extraordinaria vida cotidiana, donde yo como cada vez que me acerco por allí voy haciendo la letra y la ciudad me pone los acordes estamos en CentroEspaña. No vimos, en plural los tiros de Tejero. No vi a los ministros de Zapatero con cara circunfleja, ni me tuve que encarar con los controladores del cielo. Tampoco me metí un tiro de nada. ¡Todo el mundo al suelo! Madrid me debe una visita: Luis García Yepes/Calle Chantre, 44/ 655 583753/Almería, sólo venir con ganas de trabajar: saber colocar cosas, fregar suelos y limpiar polvo.

martes, 7 de diciembre de 2010

jueves, 25 de noviembre de 2010

El hambre trae codicia


La situación creó el querer salir de la situación. Un amigo, en la línea de la ciencia asegura que la ‘singularidad’ no vale para nada. En la línea del arte esa es la base, pero mi amigo se ha pasado del arte a la universalidad y eso sólo puede ser primario y paliativo. El arte es caprichoso y curativo, por eso sigue valiéndose de la singularidad.
Pero en este marasmo de ruina, de poner en su sitio que el arte es una cosa innecesaria y prescindible (también el presupuesto para ciencia, eh), algunos artistas que hicieron ascos a la pequeña enjundia de los ofrecimientos de hace una década para su alto ego, van hoy a reunirse con un cortajamón, con un vendedor de cocacolas o con cualquier miserable portero lituano (lituano no es un ejemplo, son la mayoría de los porteros). Dedicarse al arte, para tiempos de no aplicarse en otra cosa tiene consigo esta cuestión, cuando llegan unos días con hambre física uno vende lo que antes era un diamante por cualquier cosa. Yo no creo en los artistas puros, creo en los extravagantes y ruinosos, miserables auténticos; y en los elegantes y dispersos, ricos incontinentes… y también en los artistas automedicados, osea, los artesanos, dignos y profesionales. No se puede tener codicia con hambre, eso sólo sirve para hacer el ridículo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Al hilo de la palabra: 'Defensor del Maestro'


Creo en el poder de la comunicación, si no a qué coño jugamos y hacemos aquí. No creo ser un mal conversador, ni conmigo mismo, pero me enervé, no una vez, si no dos, sobre la situación de las aulas osea el comportamiento de los niños y sus padres, en la voz de dos docentes amigos (amigo y amiga). El asunto es que están desautorizados, están maniatados, me venían a decir que los niños son culpables de sus comportamientos. Hoy el sindicato ANPE, que lleva tiempo dando guerra con esta figura ‘El defensor del maestro’, que en realidad no se lo que es, pero me lo supongo, ha llegado a mi ciudad, y han ido a congraciarle la gracia el alcalde y el presidente de la Diputación.
Mi reflexión va al hilo de esto, pero no es sobre esto. Quiero decir que cuando se tiene un hijo toda la responsabilidad iniciática cae sobre los padres, si, aunque la niño lo lleven con tres meses a una guardería. Después de esto y cuando ya el niño se ha de socializar con otros iguales, la responsabilidad sobre sus avances, sus estímulos, sus vínculos y primeras formaciones de carácter lo comparten todos los adultos que pasan tiempo con ellos y que les modifican su conducta caprichosa e irresponsable.
Seguido a esto empieza la responsabilidad de memorística de reglas básicas, sobre las disciplinas en las que se manejaba hasta ayer nuestras vidas: lenguaje, matemáticas, física, historia… y con todo ello la emulación ética de los mayores-referente.
Si esto es así hasta uno que vaya sale de la universidad. Qué coño está pasando.
Me argumentan mis informadores parte implicada que los padres son unos ogros y que desautorizan al maestro. Que los niños son unos cafres que no tienen ningún pudor en descararse, que el interés es mínimo en el aprendizaje, y que el esfuerzo está por los suelos.
Es verdad, estos conceptos: esfuerzo, sacrificio, honor, entrega… están en desuso en la tele, en internet y en los superhéroes. Para eso estamos los adultos con los que conviven.
A lo mejor el problema final es convivencia, cohabitación y comprensión en un mundo ya no cambiante, sino que nos deja obsoletos en medio año, o a lo mejor hay que poner freno y distinción a lo que es entretenimiento, abstracción, y lo que es realidad, a lo mejor es simplemente que alguien tiene que decirle a padres y madres y niños, ustedes perdonen aquí quien marca las pautas soy yo y el centro.
Y ahora habrá que repasarse qué formación y qué capacitación tienen los que entran en un lugar que se llama escuela para administrar conocimientos y conductas.
Y nada más, me río con esta situación de toda la lucha de participación estudiantil, formación de escuelas de padres, intervención de los centros en su entorno. En dónde ha quedado nuestra modernidad: en una figura judicial a la que van los adultos que se suponen son una autoridad: ‘es que mi alumno me pega’.
Si fuera verdad que están vendidos, desautorizados, desprestigiados y desatendidos, lo que tienen que hacer es hacerle un plante a su patrón, no inventar y desde la experiencia marcar la próxima reforma (o con nosotros o esto vienen y lo barajan ustedes, queridos diputados).
Con todo, no quiero cerrar capítulo sin observarles el artículo ‘Una cuestión de clase’ del novelista Antonio Muñoz Molina en el especial sobre educación que dedica la revista Mercurio de la Fundación Lara. En esta el de Jaén se despacha a gusto contra los pedagogos y por extensión contra los políticos, me he quedado de piedra de su dureza, ya dije aquí al lado. No se la pierdan aunque no la compartan.
Y otras dos cosillas últimas, creo que por desatención, o por atención mal entendida estamos en un sobreproteccionismo de los niños absurdo, la pedagogía moderna nos ha metido fantasmas como la intimidad del niño, y estoy de acuerdo con la afirmación: ‘los niños no tienen intimidad’, claro que no. Para evidencia un caso en el pedagógico programa de experiencia-cotilleo-desesperación ‘Hablar por Hablar’ de la Ser. Escena: una madre entra acelerada como de costumbre a dejar la colada de su hijo a su cuarto, y en ese momento el niño ante una página porno está a punto de eyacular y eyacula ante su mirada, ahí empieza la intimidad, si el niño se pajea ya es otra cosa, hasta entonces, nada.
Y queremos librar a los niños de todos los padecimientos y males. Escena 1: un amigo y yo tomamos un té y en la casa de enfrente se ha muerto un viejo de una familia cuchichí (medio gitana) hay algarabía (se que esta no es la palabra apropiada), mi amigo dice que no sabe qué hacen allí los niños: ASISTIR A UN MUERTO, qué van a hacer. Escena 2, una foto de Pérez Siquier saca a un muerto velado en su casa en los años 60 (en la historia universal de la muerte hace media hora), el muerto está rodeado de niños en la foto. Esta preservación de la realidad fea a los niños me parece de todo punto de vista estúpida.
Uno, cualquiera, despierta la conciencia también violentándose. La modernidad nos está poniendo un paño en los ojos y paños calientes en la frente. Descabezados, nos la meten por todos lados. Todos queremos defensores externos, estamos dimitiendo.

domingo, 7 de noviembre de 2010

A término


El día que me muera daré por concluida mi vida, y no estaré aquí para contarlo. Esto les puede parecer surrealista, y lo es, entiendo que cada vez mi estilo de vida es más surrealista sin pretenderlo, y me divierte, e incluso: me emociona.
Yo no soy un vago, todo lo contrario, un nada paciente, hoy he dado por terminado, he llevado a término, una trama de hace más de año y medio concebida casi a tiempo real pero almacenada todo este tiempo. La he dado por concluida con la seguridad de un desahogo a razón de que otros la puedan adornar mejor si es que merece la pena.
Cuando uno pone un punto y final tiene a su vez una duda, en pintura, el gran profesor Francisco Góngora decía que los cuadros no se acaban: ‘se dejan’, y llevaba razón. En la vida contada con letras, para los que hemos tenido la suerte y la soltura de tramar diariamente con la premura del reloj siempre en contra, sabemos que lo ofrecido eran retazos porque las grandes obras de la vida, una vida entera con sus escenarios, sus aparejos, sus desmanes, sus intríngulis, su desazón, sus consejos ripiosos y su trazo cruzado que se llama esperanza está en los albaceas del dispensario divino, y son pocos los que cuentan con este encargo.
Así que uno como yo con los dones que ha podido desenterrar ha intentado, por un hoy, llevar a término una trama en la que estaba alquilado el escenario, pasaban por allí los personajes, donaba su matiz la atmósfera y brotaban las palabras como dudas. He llevado a oficio ser apuntador de un guión de otros, y en once retazos de vida se acabó la función y por tanto, puedo salir de la concha.
Sacar verdaderamente conmigo una perla sería tener un hijo. Por lo pronto, creo que me he liberado, ando suelto buscando otras corrientes. Mi vida es un sinfín donde en verdad la memoria no deja los pasos perdidos aunque se muestre siempre en el aquí, y en el ahora.

viernes, 29 de octubre de 2010

Marcelino


Siempre tuvo el aire de la Barreiros, los motores más duros de España que cayeron en desgracia y desaparecieron. Él desapareció de la escena sindical en 1987 dejando a uno que se convirtió en diputado socialista a la vuelta, peor fue lo de Carrillo, que dejó a Gerardo y duró un pelao Gerardo en el Partido y Carrillo en las ideas, mandó a todos los suyos al SOE y él se dejó fuera, porque sería una traición muy grande, pero jaleó al SOE.
El asunto de Camacho en su incipiencia, el del exilio interior, es el de la integridad veraz, el de la amabilidad obrera de padre de familia, el de la lucha auténtica, el de la fundación y la persistencia hasta el final en un sindicato que se ha mutado mucho con un hombre dentro que no se ha mudado nada. Lo de Carrillo, y ya zanjo la comparación hasta el final, es la de un hombre mutado y un partido que sigue igual, no quedan en España, y no he conocido más, que dos casos de reconvertidos siempre en liza y siempre victoriosos, con todo su derecho, estos son Santiago Carrillo y Manuel Fraga, y el de un partido sólo anclado en lo mismo desde su fundación: El PCE.
Con estas premisas Marcelino daba el perfil 60/70/80 hombre encaneciendo, no creciendo de estatura, español medio de la metalurgia, dirigente, encarcelado 14 años, líder indiscutible, hombre de bien obrero de veras. Lo válido y lo admirable para que un millar de los que salían de los sindicatos verticales se identificaran, aparte del discurso en sus jerseis de ochos, en su diente de oro ye n su cara de padre jesuita. El sindicato fue claro y creíble y eso que nació de la UGT.
Marcelino (me tomo esta licencia de cercanía que es muy flamenca) no quiso mirar a los ojos de una clase que despertaba a otra cosa porque sabía que la opulencia tenía un bicho dentro, y así se quedó, sin embalsamarse, viendo todas las reconversiones de su invención, se, de buena tinta, que no estaba de acuerdo con lo que fue desde su relevo en el comité en adelante las siglas y las acciones internas del engranaje en el que él luchó el patrimonio y la puesta a punto, ahora… tampoco se reveló contra su criatura. En realidad Marcelino, que nunca ha sido una momia, ha dado un ejemplo de hombre íntegro y entregado pero con un análisis basado en la herencia que hoy no vale. Cada uno tiene una época, y la suya duró mucho, pero se marchó, nos quedó él sin reconversión e hizo bien, e hizo también bien de quitarse a tiempo, lo que ocurriera después es signo de la época y lo hubo de respetar, y lo respetó, otra cosa es que no le gustara. Marcelino fue un emblema porque supo quedarse en eso ‘la figura emblemática de la transición’, le hizo una Huelga General a Felipe González, y se retiró.
Coincidí sólo una vez con él, aquí en mi ciudad, y fui a escucharle con veneración, hace más de una década, estaba cargado de razón en sus grandes ideas, en su filantropía de clase, la aplicación de su discurso en la realidad palmaria no tenía reflejo práctico porque la clase era hace diez años y hoy otra cosa: desclase, pero para mi merecía la misma veneración que otros pocos que me perdí antes.
Marcelino Camacho Abad ha muerto con el beneplácito de todos, incluso una tele lo mató unos días antes, mostrado yacente en la sede central del sindicato que fundara, incluso sus oponentes en la época de acción vivida no pudieron hablar mal de él en aquel tiempo, ni los herederos de aquellos oponentes y aquellos compañeros lo pueden hacer hoy porque congraciaba admiración, admiración de liturgia jesuítica. Su lema al pisar la calle después de las rejas ‘Ni nos doblaron, ni nos domaron, ni nos lograron domesticar’ es hoy una mentira en su sindicato que también es el mío. Marcelino se ha muerto como era, eso sólo lo pueden hacer los hombres vehementes y sufridos… y permítanmelo: creyentes.
PD: Carrillo, el otro comunista de aquellos años, el del exilio exterior, el dirigente de brillo, morirá mucho más denostado, aunque hoy siga en la palestra mediática, nuestros ojos lo verán. La ambición no tiene límites para quien quiere ser un superviviente de todas las guerras; sin traición, eso es imposible.

lunes, 25 de octubre de 2010

Idiotez Desmesurada Insoportable


Tenemos el futuro acertado, probablemente subvencionado, cuando la piojera se nos vaya, los políticos, los rectores que también son políticos, los meapilas de las empresas semipúblicas y el susumcorde ha determinado que bajo I+D+I se puede meter cualquier pamplina que se te ocurra, osea aplicas dos cosillas ya conocidas, metes un tomate en una lata y lo mandas para Caracas y eres el futuro del empleo, vamos, como los crecepelo de los charlatanes de 1920.
Viene esto al caso por una cosa bicheada en Facebook, un político dice que un cocinero de su partido que ha tomado una empresa que también era de accionistas de su partido ha empezado a comercializar ‘tomate rallado’ ¡no me digas! Sin conservantes, y para el apogeo del partido que está basando nuestra quitada de piojera esto es un síntoma de que se Investiga, se Desarrolla y se Innova. Hay que ver Maribel con la de mañanas que Manoli después de cargar la cafetera se ha tirado con el rallador de los chinos hasta que viniera el primer cliente, y metiendo el taper que le dieron con la salsa agridulce cuando no le gustaba lo que había en su vitrina y se pedía seis rollitos; después de enjuagarlo, cargado de este tomate rallado que después de la pasá le surtía toda la mañana de desayunos y los chérigans de tortilla, por ejemplo, que se pedían por la tarde. ¿En qué pensabas Manoli?
Pos Manoli, fijaté, ha tenido que venir un cocinero de primer orden que se ha hecho con una conservera del mismo orden para que por lo pronto le premie en Facebook un dirigente político también de orden.
Uno no sabe cómo tomar esto, en esta saca de la política de palabras I+D+I que parecería de neutrones, protones, células, moléculas… a cualquier cuchibamba se le ocurre por ejemplo poner publicidad en las bolsas del pan y le dan un premio. Cuando un premio le deberían haber dado, hace veinte años, a la señora que sentada en Sol me anunciaba por la espalda ‘Hay Lotería de Doña Manolita’, justo lo que yo había ido a buscar a Sol; pero a estas señoras, y a los de ‘Se compra Oro’, otros políticos de otra nueva onda les parece que es indigno que hagan eso, con la buena labor informativa que realizan para los de provincias y los de pueblo y los que no saben leer y tienen que vender el rosario de su madre. Señores diputados habría que premiar a esos hombres-anuncio porque son la muestra más fehaciente de Investigación, más Desarrollo, más Investigación: te dan una solución, te venden lotería o te compran el oro, nos van a hacer salir de la crisis.
Pido por otra parte a mi legión de seguidores que saben de ciencia y tecnología, que leen y ven programas de investigación, que pongan freno a esta corrala de subnormales que a cualquier mierda son capaces de bautizarla como ‘resultante de un proceso metabólico que iguala a carnívoros, omnívoros y herbívoros’ y encima obsequiarla con un premio por investigación para la igualdad.
Pido orden y que alguno que no firme decretos para dar subvenciones diga qué cojones es I+D+I, en un mundo en que los firmantes llegan a descubrir que echando aceite sucio con sosa y removiendo mucho les sale jabón, y si echan azúcar y agua y lo dejan hervir y lo remueven también les sale turrón. A los científicos de verdad les pido que hagan la guerra, o por lo menos que peguen un zapatazo a la Idiotez Desmesurada e Insoportable a la que nos tienen acostumbrados los adalides de este invento que nos va a sacar de pobres I+D+I.

miércoles, 20 de octubre de 2010

¿Tú ves eso? RECAPACITA


A las y media está en función y entonces hago plas y aparezco a su lado. Como el gran hermano, como el pequeño de la plantilla. La vida en mis narices. Dejo todo y voy a por ellos.
Cada conjunción de vida está hecha de la siguiente manera: por cuadros, pequeños y cortos, donde se suceden las acciones-reacciones de unos con otros. Estos cuadros se entrelazan en capítulos y a veces un cuadro es un díptico o un tríptico. En suma forman una obra que está cargada de sentimiento y sensibilidad, a veces sensualidad, total que es una corazonada.
El sonido que acompaña a las imágenes es clásico: pianos y violines para suspense o tensión, guitarras para triunfos, canción melódica en medio de planos cortos y como fin de fiesta.
El argumentario no es difícil de imaginar. Los adolescentes se quieren, se odian, se timan, se envidian entre ellos. Los adultos se adoran, se respetan, tienen problemas de adultos, no muy diferentes a los otros, y llevan más vida aparte que los adolescentes.
Algunos que me regañan por verlo piensan que es una caricatura de cuando venía el ‘Laberinto de los espejos’ a la Feria, que nada tiene que ver con la realidad. A unos les da grima pensar en lo que hacen alumnos con alumnos y profes con profes y unos con otros, a nivel sentimental-sexual. A otros que las resoluciones vienen como por arte de magia, a aquellos otros que ojalá cualquier centro de enseñanza fuera como ese, tan irreal.
En la serie hay dos alumnos gays que fueron pareja y volverán, una niña flowerpower embarazada y hoy madre del más macarra, uno con silla de ruedas y un marroquí que se cambió el nombre, una hermanastra que se está enamorando del hermanastro, una subdirectora con problemas de pareja con el director, una profesora que era madre secreta de una alumna, un camarero de ambigú que se lió con la profesora madre-secreta y con el mayor accionista de la Fundación del centro. Se han ido el anterior director, su hijo que tonteó con las drogas y con una profe nueva que tiene el sida, y el novio de la que se quiere enrollar con su hermanastro. Ha llegado otro alumno gay y un profesor de ciencias que tiene un flirteo con la que tiene el sida. Puesto esto así les parecerá un rollo.
Cada martes a las 10.30 en A3 pueden salir de dudas. Entre pasillos, calles, casas particulares, aulas y ambigús les ofrecerán planos medios y cortos y traveling cenitales para que uno se pruebe otras vidas y otros nombres, se meta en el traje y la piel de todos los hombres que uno nunca será. FQ.
He recapacitado, tan ricamente me tiro en el sofá, pongo el msn en café pausa y: ‘soy un macarra, soy un hortera, voy a toda hostia por la carretera’, nunca me pilló el sueño hasta que suena ‘La/mitad/de/lo…/quehemosvivido’. Y así viene siendo.

sábado, 16 de octubre de 2010

La plumilla


En realidad soy de comprar artesanía, estorbos al fin y al cabo. No invierto en artes plásticas verdaderas, primero porque no tengo dinero, después porque cuando encuentro en general algo que me interesa vale mucho, perdí en mi vida el salto con dos cuadros. Osea que no invierto en Arte porque no me lo puedo permitir. Sin embargo sí creo que miro y he ido juntando un serial de cosillas bellas, muchas de ellas adquiridas con la idea de aplicarlas a sitios ilusorios.
El caso de esta plumilla, de un autor que vive en Murcia, y que representa la Catedral de Barcelona en un día de lluvia, tiene el doble valor argumental para mi decisión de adquirirla por dos asuntos, uno porque confundimos el lugar con la Sagrada Familia y estaba lloviendo -en mi reciente viaje a Barcelona-, y otro, claro está porque las tramas de tinta aguada tienen gracia, aparte el dibujo, aunque las figuras son en su mayoría de revista de moda de postguerra, o por contextualizar hoy, de las que se ponen (ponían) dentro de los carteles de urbanización anunciando el piso piloto.
Es sin embargo que rompen lo expuesto tres de los personajes: el gitano que huye del temporal, descalzo; el perro de agua que chapotea, y el viejo del bastón que sale de la composición a la derecha. El perro, aunque una hormiga, es el personaje sin duda más gracioso de la aguada, identifica así la técnica el autor.
Siempre me intenté interesar por la procedencia, la autoría de lo que he comprado, en algunas ocasiones se que me han engañado en mi cara, por ejemplo en Cuba, pero con todo os puedo decir que si el objeto me llama, me llama; puedo regatear, incluso irme en ese momento sin adquirirlo, pero rara vez no vuelvo a por él. Este es uno de esos casos.
Hay una literatura entorno a esto creo que ha sido una novela reciente de Marsé, o de Millás, es de Millás que habla de la elección de los objetos hacia nosotros, de su vida propia. Esta vida de los objetos siempre me ha perseguido, yo fácilmente me hago una idea del acogimiento y agradabilidad del sitio donde estoy por lo que hay y cómo está dispuesto, pero muy lejos de ello me hago idea de las características psicológicas o sociológicas del dueño o morador. Algunas cosas si traducen sus actitudes, son evidentes.
A este respecto de las cosas, y por distintas funciones de ayuda a un tío mío, me ha dado cosa romper cualquier silla, pienso en quién la encoló, por ejemplo. Esto no quiere decir, creo, que no tenga un criterio de lo que es de mayor calidad-valor y lo que tiene menor. Pero en mi casa, es vedad que guardo algunas mierdas y que cualquier objeto hecho con las manos debe provocar un respeto, excepto los objetos chinos.
La plumilla no es una genialidad, pero es de un señor muy habilidoso, que a los noventa sigue dibujando, si es que no se ha muerto, porque la anticuaria a la que se la adquirí, hace tres años que ni lo ve, porque no ha ido a ver las que había vendido. Es una pequeña obra de 13x10 cm que junto a dos libros comprados y un lapicero mangado son los testimonios de mi visita a Barna, este en concreto el de una mañana de lluvia, con la Catedral en obras, ¡ah! por cierto no vi ni un gitano, ni de La Bota, ni rumano, ni de Utrera, así que el que huye y está presente en la plumilla, cobra más fuerza.
Estoy descubriendo que hay algunas cosas resueltas a grafito, el viejo autor lleva razón total: aguada (técnica mixta).

viernes, 8 de octubre de 2010

¡Muuuuuuh!


Cuando mi ordenador hace ‘muuuuh’ es que le ha entrado mucha carne y muy brava. Entonces se bloquea y muere momentáneamente, entra en paroxismo. Al Ministerio de Cultura quieren meterle carne brava los figurines porque piensan que una arremetida en una esquina de España es aviso de que su tema necesita un aval de un ministerio, un ministerio hecho de recortes y de prensa, con nombre pero sin pasta. Los figurines se equivocan porque desde su status de celebrytis les ciega el pan de sus niños.
En el Ministerio de Cultura no quiere estar nadie. Los del cine preferirían mil veces estar en el de Industria, incluida la cineasta que dirige el otro. La lírica en el de relaciones con la Iglesia y la pintura en el de Exteriores. Y ahora el mundo del toro quiere abandonar Interior par meterse a ser parte de un collage ruinoso y desentonado.
Los matadores de toros que están abanderando esta reconversión industrial se equivocan de cabo a rabo: en Asuntos Sociales y en Cultura no quiere estar ni los tullidos del caso, pero ellos en arrojo de .salvapatrias, salvaespecie, salvaslips creen que es mejor esa moqueta.
Vayamos por partes:
La fiesta de los toros en su celebración es una lucha peligrosa con concentración de gente en un espacio pequeño y cerrado. Así son también las fiestas de Nochevieja, sin ser en principio una lucha, y precisan por tanto de estar en un negociado de orden.
La celebración de un festejo taurino precisa animalistamente de reconocimiento a las reses, cuidado higiénico del transporte y morada o inspección anatómica; logísticamente supervisión de las armas y parapetos que en la lucha que se libra van a utilizar los hombres.
Por si fuera poco su celebración precisa del nombramiento de una autoridad (presidente) de unos jefes de control en el lugar donde se realiza la actividad peligrosa y sus aledaños, más de una reglamentación de premios y castigos.
La organización del festejo taurino, pues en puridad, no tiene nada que ver con la Cultura.
El objeto de la fiesta, la res brava, en cuanto a animal irracional, modo de vida, raza y tipo de explotación donde subsiste, no tiene más cojones que estar en el Ministerio de Medio Marino, Terrestre y todo el rollo que le han metido.
Los toreros, de toda condición, no tienen más remedio que ser autónomos que rindan al de Hacienda y el de Seguridad Social.
Pero ¿y el hecho taurino, y la tauromaquia, y el taurinismo?… Amigos ahí estamos hablando de otra cosa, de todo un orbe de cosas… que desde lo más nimio: revestir palitroques con papelillos de seda, hasta hacer estatuas de bronce, pronunciar conferencias, o escribir partituras de pasodobles, reviste de un hecho artesano-artístico y de conocimiento a merced de un espectáculo único, un ‘acontecimiento’, como dejara escrito el sabio de Tierno Galván. Ahí estamos hablando de los apéndices que adornan a un acto que en sí es una pelea.
Un acto violento de lucha organizada no precisa más que normativa y autoridad, y en este caso, jurado popular. Como no lo vamos a meter en Justicia, que no tiene ni para fotocopias, mejor que se quede donde está, en el Ministerio de Interior.
La belleza y la creatividad, implícitas en esta cosa de la Fiesta, no necesitan validación alguna, se dan espontáneamente. Las peñas, los círculos y los foros o las aulas taurinas, como las asociaciones de amigos de la patatafrita, estas sí, que sigan en Cultura, donde estaban, consiguiendo quizá unas perrillas para una tienta o un conferenciante, o un trofeo. Meter el mondongo del ente vivo en el ministerio que lo quieren meter es morir mugiendo, para los figurines, a lo mejor es morir de éxito. Al tiempo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Tiempo de aprender



Las tres muchachas salían del Parque, seguro que habían finalizado sus carreras o estaban a punto, en este propio curso, una dijo que Zapatero en seis años de presidente no ha aprendido inglés, que por eso está solo cuando en las cumbres el resto de mandatarios hablan con sus homónimos ‘Ha tenido tiempo de aprender’, dijo la de en medio.
Uno trabaja y tiene tiempo de aprender, de aprender constantemente, de interesarse, de esforzarse, de ponerse a prueba, de mostrarse y mostrar su ahínco. La vida es una exigencia, cada día una mayor exigencia, una continua exigencia, amanece el día con un algo nuevo que ayer no existía, y las chicas alegres que van a un parque de estreno, como saben que el que preside tiene mal el paño, se mofan de él.
Me agrada sobradamente la generación erudita que tiene que emigrar: los países civilizados no quieren lumpen, golfería y peonadas, bueno, peonadas si, pero peonadas revestidas de peso curricular, peonadas regaladas.
La salvación está en la continua adquisición de conocimientos, en el engrose de nuestro interés, en nuestra adaptación a todo lo nuevo que sale, obviando quizá todo lo antiguo que hay. Hoy necesitamos ser funcionales por fuerza y debemos enhebrar todo en nuestro designio curricular para el futuro.
Debemos divertirnos convulsivamente, almacenar información convulsivamente también. Tenemos que marcar el ritmo en frenético desgaste, tenemos que ir a la praxis y al método, con ensayo y error se da mucho rodeo. Es verdad.
Tenemos el deber de estar en continua adaptación, en incesante reciclaje, en permanente exigencia, debemos vivir en un sinvivir, tenemos que ser la generación primera, la sobradamente preparada. La punta del iceberg de ‘lo que usted diga’. Por eso nos va como nos va, porque somos unos mierdas que nos hemos permitido que el presidente no sepa inglés, y en seis años de mandato ¡mira si habrá tenido tiempo!

viernes, 24 de septiembre de 2010

Palmas por tangos, y un guiño al tiempo


‘Lo de Bisbal no venía a cuento, y lo de la camiseta futbolera a contrapié. Es guión de este sitio para conciertos que nos quieren meter entre los futboleros y el Ayuntamiento como meterle una manta de tranchetes a una parrillá de pescao’. Nada más de crónica.

Un cariño apastelado sentía por él y por cada uno de los temas que sonaban de sus continuos discos, un respeto continuo y visto acrecentarse en la distancia, el run-run de los estribillos ha sonado porque se ha erigido en uno de los mejores compositores de cante hispano, canción ligera, pop de popular. Alejandro Sanz vino a Almería con una carrera cargada, le fui a ver por curiosidad, nada más.
Alejandro tiende a engordar pero mantiene el brillo infantil y la comisura apatada, yo andaba, ja, y me senté con una mala pata que hoy es un esguince, Alejandro mantiene la comunicación infanto-juvenil (algo distinto a adolescente) cuando interviene ante la machungada metrosexual y la feminidad ferviente, Alejandro arrolla porque, excepto alguna composición, todo nos recuerda una blusa y un polo medio abiertos o medio cerrados: la flor del último beso.
Alejandro no me ha hecho llorar nunca pero me sustrae a cada momento en dos hora, no me da para adormecerme en tribuna de subnormales ante un éxito arrollador y ferviente.
En cada espectáculo estoy como en una inclusa a ratos, deformación profesional, de este chico escribí mal cuando el Super1 de no recuerdo ni cuando. Le traían con su primer éxito en aquella discomóvil donde se tiraban camisetas. Comenzó su tema a sonar y él no había enchufado aún su acústica, movió labios y solventó como pudo.
Ya después le vi en camerinos, le esperaba, pasó ante mi con una gorra de Camel era pequeño y no le conocí: ‘ahí lo tienes’. Me pidió un cigarro y le dije que no llevaba porque entonces gastaba Fortuna y me parecía poco para su arrollador gira ‘Viviendo deprisa’, hablamos en lo informal de su primo de Aguadulce, de los noches en Las Fases y de las playas de aquí y de Cádiz, también cosas para el artículo ‘un cantautor no tiene por qué ser uno ahí… con su guitarra triste’. Ya sabía de lo de Paco, ya sabía de lo de Alejandro Magno… ya supe de él. Irrefrenablemente le comenté lo del Super 1 y se rió, fuerte-fuerte, me invitó a sanwichs que rechacé. Ese tío iba a llegar lejos.
En la inauguración de un otoño raro, el niño gaditano que en esta y otras latitudes sigue hablando gaditano, con todos sus platinos, sus diamantes, sus horas de estudio y su ocupación de la habitación de Lucía Bosé arrancó palmas por tangos que este que escribe hacía tiempo, pero tiempo, que no oía y arrancó el remake de temas suyos con el segundo pasodoble que para los Yesterdey escribiera Juan Carlos Aragón, un autor local de carnaval, dedicadas a los hombres y las mujeres auténticos en una magistral chirigota de hace una década, la anécdota inesperada convertida en epicentro emocional, al menos para mi. No cabían ahí más que palmas por tangos.
Alejandro sigue con su comisura de pato con mofletes más rellenos, sus ojos de bolilla, su flequillo, un tatuaje en el brazo izquierdo y un colgante de esos de cruz que tienen un nombre. A mi me han liado el pie y hoy es anca de pato. Con sus canciones y las cervezas compartidas en su presencia ha comenzado un otoño que me traerá hojas del ocre al granate. Hasta ayer, no lo sabía.

domingo, 19 de septiembre de 2010

'¡Esta tierra, es Aragón!'


La tonada, él era la tonada, incluso la tonada que entona ‘¡A la mierda!’, a tiempo y con verdad. La tonada es parte de la jota y de todo canto de siega o de trilla, o de arrío que se canta en las tierras, las tierras, las tierras de España. Él tenía el mejor himno para España y para cualquier sitio ‘Canto a la Libertad’: ‘Habrá un día en que todos, al levantar la vista veremos una tierra que ponga Libertad’, pero lo decía de forma lastimera porque tenía la voz grave y lastimera; uno se quiere creer lo que dice por repetición, más si uno es un tozudo, bravo y crudo; y sabe que es una guerra hacer la revolución cotidiana con algunos y frente a todos, le sale la cosa lastimera.
José Antonio Labordeta era un arcaico al que admiro, la canción extractada más ‘Las acerolas’ hicieron mi revolución de la adolescencia a la juventud y no se quedaron ahí; se confeccionaron cuando yo tenía dos años y él y su generación estaban transitando con el resto de Las Españas, yo la cogí ya con solera y me pareció igual de vigente y hoy también para ponernos tristes enervados y ausentes. Es más que música y letra, por eso podía ser un buen himno nada comercial para las calles de mi barrio y para la digestión de una cena en un tabanco, y para el inicio de unos Juegos Olímpicos, ‘Canto a la Libertad’ es tan verdad que parece imposible. El camino no nos lo creemos porque tenemos mucho entretenimiento, pero el himno, el himno sí, que es momentáneo.
En la Fiesta del PCE de 1999 le ví cantarla en directo, para mi era el plato fuerte, ni Mercé con su ‘Lío’, ni los Skape; y Labordeta, con su sorna hosca, tuvo el arrojo de decirle a uno que blandía la bandera republicana lo siguiente, ‘eso, sacad todas las banderas, ¡a ver si conseguimos algo!’.
José Antonio Labordeta era un socarrón que sabía la batalla perdida pero daba la batalla. Era un tótem en la tierra seca y en el vergel, era la cara reconocible en otros hombres, una antigualla de zamarra con un discurso de verdades absolutas en la fiesta del pueblo y en el parlamento.
Era el cantautor español de tierra adentro, heredero de una esparteña y una chiruca ‘el abuelo’ le decían, y hoy tendrá todos los respetos de todos los urbanitas, los roqueros, los políticos, los artisteros… No sé cuantos discos hizo después de aquellos de transición pero hizo bien en quedarse y dejarnos en ellos. Un historiador sabe que si no va a mejorar su propia historia no se puede reinventar para hacer el ridículo que hoy está haciendo Paco Ibáñez.
A Jose Antonio Labordeta se le paró el reloj por hoy en un final sabido y alargado. Su alma seguirá dando un grito contra el cielo, auténtica, estoica y parada al sol: ‘Castellanos, ¡Esta tierra, es Aragón!’.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Veraneo



A Fernando García Tola, qué buen verano me hizo pasar cuando estaban más vivos él y El Mundo, y yo era un meritorio en un Vespino.

Mi obrerismo secular se va a acabar. Nunca tuve pueblo, ni abuelos con casa-cortijo, sí titos con apartamentos, pero jamás me invitaron para más de una comida. Así que este verano, a mis treinta y casi diez decidí veranear. Tenía claro el sitio y casi el tiempo, no es que el bolsillo no diera para un viajito, pero es que quería ir a lo consabido a hacer lo predispuesto, y así me planté en Las Negras un 29 de agosto, el pasado, jajajajaj.
Las Negras tiene una playa donde hay más perros que niños, porque es una mala playa, con loscos y esperas (rocas extendidas a lo ancho que forman remolinos y te impiden sobresaltarlas), en Las Negras también hay hippies de nuevo cuño y gente de allí de toda la vida, y pescadores o hijos de pescadores del Puerto que se sacuden allí las pulgas. También se cruzan madrileños y catalanes, y en los últimos días ingleses. Los barqueros esperaban a los franceses. Total, Las Negras tiene un público medio de verano que está en mi edad, y seguro que por eso estuve yo.
Mi pretensión veraneando, y no viajando, era triple: pintar, escribir un asunto atrasado y ponerme moreno. Ahora resulta que el moreno ha sido menos, las otras dos cosas las he cumplido digámoslo así. El veraneo frente al tour tiene tres cosas: rutina, super y matauras. Al final acabas saludando a alguien. En conclusión adaptas el lugar a ti y no hay sorpresas excesivas. Es un relajo si resulta medio bien.
A mis dos acompañantes de media estancia les sorprendió que tres chiquillos vendieran cosas en una esquina de la calle más transitada (una callejuela) y los municipales no les dijeran nada, explotación infantil jajajaj, a mi me llamó la atención que hubiera más barqueros que pescadores y descubrir al final que el bar de hábito para las noches -te y una cenita- tenga sólo licencia de quiosco de helados con una carta de más de cuarenta platos.
La Negras es un lugar autorregulado y autogestionario, y un amigo me dice que mucho Levante es así. Mientras no haya conflicto se deja vivir y se hace la vista gorda o sea no se inventa un conflicto con un decretoleydebajolbrazo, que hay que ser capullo para hacer lo contrario. Así que me da que la gente vive allí bien, o está bien durante el verano.
Me moví poco: un bañito de mañana, otro de tarde, las actividades ya dichas repartidas, una escapada a Almería y unas saliditas a Rodalquilar, Los Escullos y San José. Escuché flamenco de un flamenco amigo, y tuve flamenco en el apartamento y en el Paseo Marítimo d una tacada la misma tarde-noche, conversaciones frente al oleaje, copita de media tarde, periódicos y telediario, así que no me sentí nada extraño.
El pequeño pueblo, la parte baja -la otra se está remontando-, tiene una traza de mediolaberinto que hace que en el momento más inesperado y desde cualquier sitio te aparezca uno, un grupito, un perro, un niño corriendo; entre las barcas ancladas pasa igual: tu estás tirado en tu toalla y dices: ‘de dónde habrán salido estos’, y estos se van por un sitio que no tienes cojones de adivinar dónde habrán acabado. Las Negras, por mucho cartel de se alquila, te da en la nariz que no tiene capacidad para tanta gente distinta como has visto, y si, algunos es que van de paso para San Pedro, pero tantos… Yo no fui al idilio de la cala que maravilla, queda pendiente, pero tuve bastante sol y buenas vistas. Visitas y convivencia pacífica. Así que no esperaba más, el día doce arranqué el Sara y me puse aquí, en mi keli: llegué más gordo y sin barba, traía el trabajo hecho y ganas de follar. Se cumplió todo.
DOS FINALES
Por un camino, que sí, serpea, van rodando Tito, Javi y El Piraña. Pancho está currando. Chanquete no ha muerto.
Junto al quitamiedos Hasan da zancadas a los pedales, los invernaderos tienen los plásticos nuevos y ha acabado el Ramadam, la Orbea no ha muerto.
UN REGALO:
Un muñón esponjiforme,
avanza al mar,
detiene al hombre que abocado:
a la arenisca, el pedregal, la orilla, la barquilla…
ve una sombra desgarbada ante su mal.

Las casas blanqueadas,
sus palmeras: empuñaduras de espadas desflecadas
no avisan que hay un cerro almagre y dorado
ni encantos de carne y de sal.

Las Negras, en su nombre de evidencias y misterio,
rompiendo las olas frente a un cerro: no te promete nada.
Lo mismo que ningún blanco o ningún negro.
Allí es levante y tienen bajamar.
¡Que Dios te ampare!