jueves, 18 de agosto de 2011


La baranda. No es un gesto de dolor, aunque está convaleciente, ‘El Niño Lafefa’ mira con serena curiosidad lo que sale por chiqueros pues le hubiera tocado a él, de no haberse atravesado el percance de hace tres semanas. Le acompaña su hermana, ferviente tonadillera que mira a cámara porque todavía no tiene manchas en el currículum y busca los nuevos contratos. También está su picador de confianza, que pese a la insistencia del novillero a que se colocara esta Feria con otro, no lo hizo porque los picadores destacan por ser leales y cabezones, como se ve. ‘El Niño Lafefa’ odia que le confundan con Víctor Janeiro, al que aventaja en arte, que no en caudales. El novillo será de oreja, el bien lo sabe, por esa intuición torera acaricia con delicadeza la baranda, la mueca osca determina que de dos… no era. (Foto: J. J. Mullor)

2 comentarios:

Ébanen dijo...

Maestro, usted manda!

castelo dijo...

No solo acabaria yo con la llamada fiesta, sino que metia al niño lafefa en un centro de inmigrantes, al picador de cocinero y a la hermana como castigo la casaria con el Janeiro Victor o Jesús que más da. Ah y al toro, a ese le ponia un piso en la Castellana, y es que amigos,este verano, sera por el peso, me siento como una vaca.