domingo, 24 de julio de 2011

Metáfora mía en el bar


Había decidido echar el cierre, pero los halagos es fácil que contraríen; huír a la playa y desde allí ofrecer mi mocedad y los suicidios latentes era lo que había pensado hacer, pero no, retorno a la barra porque mi amigo el eminente me salió al paso -con su halago y con su eclipse- así que postergo el sol y la luna y la espuma y me quedo en el brillo de los cuchillos de un poema que antes no os había ofrecido, creo y que dice:
A poniente huye silbante el viento,
en la arena queda un rastro de pértiga,
el fuego en extinción te envía una señal de cierre de episodio.
Comienzan su danza las tártaras violetas,
los chamanes negros y el níquel de las navajas.

Metáfora mía en el bar
A las puertas de un pub con doble puerta sale como por ensalmo un subnormal que puso en una aprieto a tu cantaor, una criatura de Níjar que en Rodalquilar desatiende al gitananco después de hacerle una petición de seguiriyas; el artista, curtido, querido, e incluso tierno no tuvo por menos, tras el lance, que decir: "atender a gente del público como éste es como que Morante le saque faena a una cabra", pero el nijareño como si no fuera con él, seguía enfrascado en llamar Pocahontas a la novia de su amigo, y aquello iba a terminar en gresca.
En este pub de una vulgar travesía de Nueva Andalucía uno se puede encontrar en suma gente así, mi amigo el eminente creo va allí como recurso, para gastarse los dineros de verdad va a otros sitios. Cuando ya he entrado me encuentro el hueco, están sólo el hueco de su ausencia y el centurión, quien se ríe de mi porque no he gozado sus caderas ni gratis ni pagando y eso le valida para parodiar la ausencia de mi interés. Los chaperos mediopensionistas en esta parte de Andalucía toman estas licencias al no ser chaperos de categoría total, lo que adquieren sólo los que han vivido la delicadeza caribeña.
Mi amigo vuelve del pis y ocupa su banqueta a tiro de piedra de la casa de sus nuevos suegros y sé de entrada que no está allí porque le quede cerca nada, sino porque no quiere llegar a casa. Han hecho un pacto de silencio contra él y ahí lame algunas cicatrices recordatorias, pero en su mutación constante las espanta pronto, siempre me ha congratulado su capacidad de reponerse, como todo experto en digerir certezas. Yo, un teórico de rectificar motores tengo que recibir de tanto en tanto un run-run del que le digo que estoy harto, sin rubor y con licencia al cabo de las horas, y él conviene algo muy cierto "todo tiene que ver con todo", mejor lo explica Sádaba que para eso es filósofo: "sin autoengaño no podríamos vivir". Véase el colorín de El Mundo del fin de semana pasado. Olalá.
Cuando uno se sienta a la misma altura tiene la probabilidad de que le interpelen una vez más, y mi amigo el eminente deriva mi yo sobreseido una vez más, yo como soltero orondo tengo una manera de trazar la bisectriz que merece otra vez un cantar ya conocido: que mi gusto por los gozos de caderas, su anuncio, no aportarán nada bueno a los míos, aunque sí, es claro y evidente que me constituyen.
Zarpamos pronto del sitio porque el centurión tenía hambre, en un sitio tan evidente desde el parque que se llama 'El Escondite' trazamos panes contra angustias, y una vez más el eminente, del que he aprendido eso, se despidió a la francesa. Volverá a su huerto y a su higuera.

Yo iba con rumbo, a cobrar y después de cobrar recordé mi condición de comportarme amable con los camareros porque son hombres de oportunidad; y cortante, a veces, con los mesoneros. Así que me quedé a gastar parte de lo percibido. El camarero fue albañil, y conductor, y camarero un tiempo, y ha vuelto a esto último, pero su jefe quiere franquear en agosto, así que parece no le agrada mucho la situación, vive en un sitio en la periferia bajo una autovía, le espera su mujer a la vuelta, conocemos a gente follonera en común, y tiene ganas de palique porque los maestros de al lado son unos cursis. Empecé y terminé de cenar allí, en un lugar en los confines de la nueva ciudad, plácido, solo, escuchando a los maestros de escuela que cuentan sus peripecias de medio verano entra Alhambras 1925, entre otras haber descubierto a Sabino Méndez, creyendo uno de ellos que era Sabino Arana, queriendo en realidad referirse a Xavier Arzálluz. Esta gentuza de vacaciones largas y poca documentación es la que en septiembre volverá a su destino, también a su huerto y a su higuera.
Las terrazas de otros barrios revientan, los camareros van rápidos. Mi cantaor rompió la seguiriya para un estúpido, y el eminente digiere certezas, el centurión no sé desde cuándo no cobra, y el bar del parque que se llama 'El Escondite' presenta como nuevas cosas viejas. El camarero que fue camionero recibe a esa hora una llamada, y yo echo el cierre y me vuelvo a casa solo. Hay una luna llena de julio sobre el cielo de Almería. Al Caribe a coger maneras querría mandar a los putos y a los revienta seguiriyas y a nadie más, pero a lo mejor debería irme yo. Ahora si, echo el cierre.

2 comentarios:

Ébanen dijo...

Hay certezas que cuestan creer, cuestan comunicar con la intesidad que unos las siente en todo su ser. Las hay tambien en que el trascurrir de un momento, lo perecedero se trasforma en real, y torna a reconocimiento de amor. Pero sobre todo hay ocasiones en las que se necesita decir "te quiero", sea cual sean los personajes del momento, y sea cual sea el decorado. Sólo espero que te sintieses protagonista de ello, en ello habita lo eterno.

Dale también a tu huerto una higuera, porque como dice la coplilla:
"Que suerte la de la breva que está colgada en la rama; pero más suerte tiene el que llega y se la jala"

castelo dijo...

Tenemos la certeza de lo vivido, aunque contado por diferentes vividores la verdad no sería la misma aunque si auténtica cada una de ellas.
Nuestro problema, que tocamos poco el culo, demasiado poco diriase, y eso nos obliga a cobijarnos en los lastres de la palabra, y digo lastres, porque a la larga la conversación siempre nos lleva a echar el cierre, el toque de culo nos lleva a abrir la puerta para no dormir solos.
Toca el culo amigo, y si pillas un guantazo vuelvelo a tocar pero otro canalla que no esta la cara para recibir muchos golpes.