viernes, 4 de mayo de 2012

M de esperanza y desencanto

Al poco de enterarme fui a la plaza. Vi en internet el vídeo de la tarde donde se desplegó, con el empuje de los hombres y la fuerza del viento, la pancarta: ‘No somos mercancía en manos de políticos y banqueros’. Aquello formó el quince eme y la acampada. Era mi ciudad, era insólito. Empecé a ver lo de Madrid. Hace apenas un año, osea, no hace un año. Nos queda lejos, parece. En unos meses ha llegado a mi casa, a mi lecho un partícipe algo tardío, un mantenedor en pie de aquello. Cuando empezó aquel asunto que aún en él sigue vivo, fui dos o tres veces, me impliqué en ver un video, escuché en tres asambleas, aporté rotus, cajas, bolis... asistí a dos manifas. Compartía cosas, pero no sabía a dónde iba, todo parecía un ejemplo, se exportó, estalló la primavera árabe… Ya saben con qué acabó, qué empezó, cómo cambió, a qué dio lugar, o nada de eso… dos elecciones entre tanto aquí, en nuestro territorio, y el resultado, ya saben. Lo que dijo la monja de la que hablaré más, un tanto más abajo: “las ideas fascistas se están legislando y aplicando a nuestras vidas”. Llegado este mayo, osea ayer, me convocan a la prefundación de un partido, para lo que viene a hablar un poeta, un poeta que con poesía presenta todo, y dice esencialmente que hay que constituir una mayoría social de izquierdas, integrarla en Izquierda Unida, y luchar contra la derecha cultural que ha mandado siempre desde la transición en España; capítulo que por otra parte hay que desterrar ya: se acabó la transición. Habla muchas cosas más, pero los mentores, como queda claro, vienen de otros lados, rebotados, con sus mochilas llenas como también quedó dicho. La cuestión es llenas de qué. El encuentro aún con cautelas, aún con recelos, aún con medias ganas, me abrió un espacio de participación, y escuché sensatamente a gentes como la monja ante-nombrada, y el profesor joven padre tardío que dio en la diana: “ninguna organización está de acuerdo conmigo”, y con eso, y con su sorna, se ofreció para poner en marcha el nuevo partido. Después de tanto pronunciarme verbalmente con los realmente cercanos sobre el trabajo por hacer, sobre la implicación, sobre la participación, sobre tener dónde vertebrar el pensamiento; pese a enardecerme en esa reunión de este mayo de ayer diciendo que si, los que allí estábamos éramos como situó el poeta al inicio: ‘unos pequeño burgueses izquierdosos y urbanitas’, echando en falta cómo, dónde llegar a los obreros (con mis dudas sobre la clase obrera, y entendiendo que el albañil de mi bar, de mi edad dice, que ‘tengo que ir al cursillo a la ugt esa’), decía que después de dar tantas vueltas entre amigos y copas y cumpleaños y tardes de playa voy a darme una oportunidad de tanta eme, que no es la del exmiembro de Pereza que tanto le gusta al que yace en mi lecho, y voy a participar con eme de MIMPLICO, no se si fundando este nuevo partido de poetas o en ese otro partido que ya existía, y al que aún apoyando siempre, miraba a veces con recelos, otras con cautelas y algunas otras con medias ganas. En la asamblea, los que menos hablaban y quizá menos pintaban, dieron en la clave: La monja “las ideas fascistas las están haciendo leyes para nosotros” y el joven profesor padre tardío: “ninguna organización está de acuerdo conmigo”. Esperanza y Desencanto, eme, no más mayos, la copla del joven dice “M cuando se ponga el sol voy a despedirme” el refundado Perales, que también está en mi ideario hoy, decía antaño “que pasará mañana si no estoy”. Siempre tuvimos nuestras cautelas, nuestros recelos, nuestras medias ganas, quizá miedo de nosotros mismos, siempre estuvimos yéndonos y no llegamos nunca. Las canciones siempre fueron de amor, las monjas y los maestros, inclusive los poetas, a veces te quitan la pereza, junto a los cantantes. Aún y con todo no lo olvido, estamos hablando de política que hoy es consustancial, y no un aderezo. Seguid con salud.

1 comentario:

castelo dijo...

Siempre aprendí todo lo que pude lo que me enseñaron, sobre todo de la vida, y es la vida la que me ha permitido estar donde estoy y no ser polvo del camino, asi que cuando pienso en cambios pongo por ejemplo la vida, esta ha de ser dignificada, salud para todos, tranquila, empleo para todos, y sobre todo rica en sonrisas, cultura accesible para todos, y en femenino. Es la vida, creo yo, la que tenenos que poner sobre el tapete, repensar quienes somos para decidir y una vez resuelto, tomar la decisión, con todas las consecuencias, pues la vida nos guste o no, como dices tu, se irá y solo dejaras lo que otros nos dejaron, la lucha y lo conseguido en ella. Ahora por honor y respeto nos toca mantener el legado dejado. Besos