Admiraba
a Lula Dasilva incluso a su sucesora Dilma Rouseff, les puedo seguir
admirando pese a que se haya liado una revuelta que empieza por el precio del
transporte y acaba por otros aspectos de las condiciones de vida de los
brasileiros.
Nos
vendieron, estuvimos hablando algunos amigos sobre la emergencia del grandón
país, sus posibilidades, y ahora esto. De mi juventud a mi umbral de madurez no
se cuanto he cambiado evolucionado, desperezado o desencantado, pero siempre
admiré a la pertinaz Ángeles Caso. Era mi presentadora de los años de
instituto, después se fue a la literatura con aquel primer premio que no
recuerdo, bien, el caso es que ella interviene en la Ser y dice que en los
ochenta vivió en Río de Janeiro, acabó sus estudios y se fue a probar suerte,
frente a su piso compartido (cerca del Estadio de Maracaná) había una favela en
la que se vivía muy mal pero los fines de semana había cancha de fútbol y junto
a esta espacio de vecindad donde se bailaba samba, ambas cosas de viernes a lunes
de madrugada. Pan y fútbol dijo después, y a la tercera asestó el hachazo en el
espinazo “no esperaba esto de los brasileños porque son conformistas, me ha
sorprendido, Lula se ha dedicado a hacer una campaña informativa de la bonanza
del país, Brasil es un país que tiene dos de las peores cosas corrupción y
violencia”. Esto dijo no textual pero si contextualmente.
El
gobierno de ahora de España quiere vender una cosa que se llama ‘Marca España’
y a la par quita presupuesto a los Institutos Cervantes y cierra algunos.
Embajadores y cónsules están a la labor. Jodió mucho el reportaje de la crisis
con fotos en blanco y negro en el New York Times, Madrid quiere Eurovegas.
Pérez
Reverte ha ido a visitar a un amigo pintor de batallas al que le ha elogiado un
cuadro de la guerra de Afganistán, y a petición suya le ha escrito tras el
lienzo, que colgará en un museo militar de Toledo -no va a estar en la
Almadraba de Monteleva ¡claro!- le ha escrito digo: “Durante siglos, en cada
una de sus huellas estuvo España”. El pintor, cuando se retiren las tropas del
todo pondrá nombre y apellidos de todos los españoles caídos.
Me
parece lo más normal del mundo que los gobernantes y estadistas promocionen las
acciones que hacen, den una idea de su gobierno o estado, idealizada, falsa, de
venta. Me parece que los hombres repartidos son los que hacen la marca y por
eso nada mejor para la campaña de este gobierno que la desbandada que tenemos
por Europa y América de nacidos aquí, allí hablarán bien, con los de aquí nos
pondrán a caer de un burro. Vendrán con mundología.
Con
todo lo del arranque de esta entrada tengo ganas de ir a Brasil, no para
quedarme. España no se el report del New York Time ni Brasil es Ángeles Caso.
Perú, me imagino que es los que danzaban en la Playa de San Miguel en San Juan
y jugaban al vóley y asaban pollo y tenían gafas ridículas, y Rumanía los rumanos que
movían las manos ante el acordeonista y la guitarrista en la misma playa
bebiendo Ángelis con hielo, pareados a los peruanos; ambos con los mejores
generadores de luz en una fiesta particular dentro de una celebración levantina
cuyo ritual es comer sardinas, lavarse los ojos, prender fuegos y emborrizarse
en arena.
Mis
paisanos en San Juan fueron menos que otros años, hicieron hogueras ridículas y
soltaron unos farolillos con fuego venidos de China.
La
marca es lo que deja huella, Pérez Reverte a lo mejor no está equivocado: pisamos
terreno y sobre la marca surge uno de nosotros, los patrios. Es jodido que
desde los ochenta en que la periodista Ángeles Caso fuera a realizar trabajos
como historiadora del Arte en un país tan pobre sigan sobresaliendo la
corrupción y la violencia. Ojo al parche por lo primero de los dos males
brasileiros, a lo mejor no nos jode la marca, pero nos jode España.
PD:
¡Ah! se me olvidaba, vuelvan a ver aquel video ‘Españistán’ que tanta gracia
les hizo.