Les iba a hablar de bombones, llevo media semana en ello, pero ha llegado el lunes. Qué lunes. A veces uno puede retrasar alguna cosa, pero lo mío ha sido fataliti. El viernes estaba sin entrevista, que es una cosa propia de mi curro, si, el jueves acordé, y pensé que entre viernes y finde podría tenerla, bueno, pues ninguno de los dos. Hoy estoy con dos, con dos hechas, edito una. Ambos hasta última hora.
Por otro lado, de lo que se sustenta mi alcancía, una marrana me lleva un mes dando vueltas con la posibilidad de que su organización injerte algo, lo que tienen entre manos, en mi empresa, y a última hora, ese algo se celebra y me ha dejado sin contestación y con el sitio.
Para el sitio encuentro como recurso una cosa que el segundo de la entrevista, el que ahora verán que he dejado para ir a ver a una china, me debe mandar, pero lo manda y llega el mensaje vacío, una, otra, otra, otra vez.
Esta mañana, a la desesperada llamo donde creo no voy a rascar nada y me dice la china que si, una propuesta más barata de lo que le plantee en principio. Si, que alegría, que cosa. Al final el marido de la china, chino él también, dice que, no que nada, y he tenido que romper mi tarde de finiquitación de trabajo para ir a verles sus caras.
Un poco antes de la china, quedo con uno de los a entrevistar en un sitio que se llama Parrilla, aclarando bien su dirección, y el tio se ha ido al otro, me dejé el móvil en mi casa, y cuando volví había llamado tres veces esperándome. Tuve que retrasar, porque tenía que hacer lo que habíamos pactado, lo de la china.
Esta mañanita del Rey Arturo, yo iba a por lo más importante de mi trabajo, tener algo que poner en la primera página, me habían asegurado que eso se daba hoy, y pensando que quizá la convocatoria que me aventuraron el viernes se había retrasado. Pues no, menos mal.
A lo mejor ha sido todo un relío de imprevisión, pero les juro por Santa Lucía, patrona de los ciegos ,que he estado al borde del síncope, y cuando me levantaba para ir a intentar quitar mi fregadero con cosas de dos días, el locutor de Cadena Cien le dedica una cantata de MClan a una oyente diciendo: “Y con esto tachamos el lunes del calendario”.
Con un par, quien fuera locutor de radio fórmula, que mientras escuchas la copla puedes hacer el pedido a Mercadona. O Cualquier otro trabajo manual, dar números, vender iguales, como decía mi queridísima Puri, “un curro donde no haya que pensar”.
Me han pasado más cosas que hasta he olvidado, prometo hablarles de los bombones que para mi será como tachar un día del calendario, que desparpajo, que indolencia, que levitación. Luis Yepes, quién coño te mandó meterte en líos, con lo bonito que era ‘hacer del lunes otro sábado’.
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2 comentarios:
ah ¿era lunes?, como estaba liado con los bombones ni me enteré que era el primer dia de la semana. por cierto, ¿quien trabaja el domingo y descansa el lunes, tambien es el primer dia de la semana? . Lo dicho, perdona si te ha ido mal el lunes pero estaba liado con los bombones y no me enteré. Buen martes, por si me pilla casándome o embarcándome.
Es cierto: nunca te gustaron envoltorios ni serenatas, a mi lo primero no, lo segundo depende de la tocada bandurria.., de cualquier modo un bombón es aquello dulce que añoramos morder y al morderlo nos sacia en placer, dulce y extenúante, exagerado para el paladar frente al oprobio de la sensación, suculento y dúctil frente a tamaño y morfismo, efímero y al unísono perpetu sensorial... Recuerdo en todo ello tus serenatas en La Habana de los antepasados Murcianicos de obradores y señorío, te recuerdo sabiéndonos tácitamente quiénes éramos, y en ese recuerdo añoro si entonces sabíamos lo que somos!
Se que como tal dulce magestuoso tu sigues siendo, cual incólume azúcar, la integridad de la artesanía elaborada a conciencia y el mejor de los postres de la amistad!
Suerte en tu desnudo pictórico-publico, espero que pese a mi desleal ausencia convides bajo tus obras!
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