miércoles, 14 de noviembre de 2012

El hombre disuelto

Hace un año, un escaso año, cuando en su León le hicieron una cena despedida en plena campaña, como cierre de campaña. Las palabras del hombre hoy disuelto fueron parcas, y la cena de pobres, yo vi las fotos de las bandejas con las cosas. Fue una cena de campamento. Pacata más que austera.
Se iba así, sin más, el denostado para la campaña por la situación que había dejado en el último medio año, medio año anterior. En el sarao de León, de la fiesta de los mineros esa de Rodiezmo, a lo primero subía el puño, a lo siguiente se contenía las manos atrás, y a la última ni fue.
No voy a glosar todo lo que hizo por nosotros, con nosotros, para que no me abran un expediente, jajajaja, si no lo hago es porque no es lo que me motiva, me motiva ver cómo ésta inmediatez, este todo en directo, vivífico, nos ha hecho tornar a este novísimo diputado que era ‘Bambi en el matadero’ en una estampa en sepia, de la segunda república entre almidón y barbería, su carita algo envejecida en sus segundos cuatro años que no concluyó.
El hombre disuelto andará no sé por dónde, su mujer seguirá cantando bello en los teatros del mundo y ni para los contrarios tiene ya nombre, lo que tenemos no es herencia de él, sino del grupo político que lideró.
Un hombre sin ocupación no es nadie, una mujer tampoco. Cuando se está replanteando en el ideario general, que acaba con las oes de obreros, si en lugar de huelgas se necesitan manifestaciones, concentraciones; plazas fuera del horario laboral, como un anexo a nuestras vidas productiva, que creíamos el centro de nuestras vidas generales, este Luis Yepes se acuerda de los chuscos de pan en las bandejas, eso sí, embolsados, de las mesas con manteles de papel, de las palabras últimas del hombre que se iba: “La cabeza alta, el orgullo en el corazón, la humildad en la mirada, la confianza en el futuro, en España, en nosotros, en León, con vosotros, hasta siempre”.
El viejo dinosaurio llevaba como lema ‘Pelea por lo que quieres’. El hombre disuelto que fue hombre de Estado erró en los últimos seis meses, incluso en el último año, pero mi espejo con su azogue detrás me recuerda aquella expresión: ‘acuérdate cuando entonces’, que a día de hoy en mi camino no me ha tenido que decir ningún compañero de viaje. Hizo mal todo lo último, estará purgando sus penas quizá en un pabellón de reposo, pero con su pijama de cuadros debería salir a decir algo sobre esto que nos ocurre hoy. Las radios estarán ya tras de él; me da que se va a esperar un poquito más, cuando tengamos en el túnel la hora absurda, o quizá  no lo hará nunca.
Un día oí, perdonen no recordar sobre qué político, llamarle a este del que hablo que no tiene nada que ver con el anterior: “hombre disolvente”, entendí que difuminaba toda su trayectoria a cada paso, si, lo de Groucho Marx “si no le gustan mis principios…” Una lindeza.
También oí decir que al negro reelegido en EUA sería un excelente senador, pero un pésimo presidente, y ahí está. Verle llorar le humanizó más el otro día. El asunto de nuestros males puede ser otro, pero hoy quería hablarles del hombre, a la postre de los hombres. De las máscaras del hombre: la persona; y de los ejemplos: el planteamiento de su obra. También hablarles del olvido: la metáfora de nuestro tiempo.
De la anterior Huelga General hace siete meses, más ya de eso quién se acuerda, pasado mañana turrones en los super’s y en veintiún días otro puente.
Le quitamos la o a las huelgas y nos vamos a la plaza en lugar de al gym. ¿Cuál es el peso de las cosas?

1 comentario:

castelo dijo...

Cuando la historia te pasa por encima y te aplasta poco puedes hacer tú, lo llamo Obama, la Merkel y el Ingles y todos le dijeron lo mismo, o lo haces tú o tu cabeza rodara por los suelos como en la pelicula de Conan el Barbaro rodó por las escaleras. Y él, que se sintio hombre de Estado, hizo caso y nos desperto de ese mal sueño que es repartir entre nosotros algo del pastel. Nos desperto, nos dijo lo que habia y se marcho, por la puerta de atras, vilipendiado por su propio partido y con una sociedad entendiendo que todos los males los habia provocado el "Cejitas", hoy casi un año despues y dos huelgas generales, la miseria toca insistentemente a nuestras puertas, y te digo que "coño que trabajo cuesta no abrirle, pero que trabajo" Ojalá, alguien tire de la manta y empiecen a caer bancos y banqueros, empresarios y corruptos como hoy caen familias en el paro.