domingo, 18 de septiembre de 2016

Jauja en el asedio

Se integraba un cuento en un libro de texto, en él -era para niños-, llovían anises, bizcochos, chocolates... Era para niños antiguos.
Te lo encontrabas ahí, en la guía obligatoria para superar no recuerdo qué curso. De los primeros. Mas se acabó la inocencia y te dicen que tu móvil tiene posibilidad de un aplicación para hombres en la que llueven mamadas, penetraciones y/o encuentros varios.
El narrador cuenta un cuento, un poner: 'conocer, no sexo por sexo', 'soy amable, cariñoso...', 'so amo, me gustan azotes, zapas...' La mayoría como somos de cuento buscamos alguien interesante. La estupidez supina; escrito aún más: 'busco a alguien interesante'.
La Nueva Jauja, que lo es: Funciona, asedia al hombre, al prota del cuento y a los personajes en busca de autor. Atiende a su afición, le hace un lifting a uno, un mal retrato a otro, perfuma con palabras a aquel de allá y no hace justicia al que te encontraste. Las descripciones y el momento del disparo son así.
Como parte de la realidad, te deja fisgonear y reinventar, apropiarte e ir al grano, pensar que no vas a dar rodeos cuando en realidad hasta te toman el pelo.
Acciona tu vida y da forma a tus deseos, pero no te saca de tus limitaciones puestas en el índice, a los que a primera vista quieres o no te quieren.
Los dulces caídos del cielo son cosméticos, fijan y dan esplendor, son utilitarios como la gomina, y creemos que ahorran tiempo. Pero la verdad es que funcionan. Las cosas no llegan solas, las va pescando uno al vuelo, a base de implorar al suelo brumoso de la distancia que media.
Queríamos un cuento y tenemos un servicio técnico, que cuando funciona, te deja nuevo.
Aquello de los niños, tampoco era tanto: lo remetido sorprendentemente en el libro de texto era un deseo, un asedio que solo ocurría en aquella ciudad; tu madre te daba un bollito con foiegras Pamplonica y a lo sumo con Nocilla de la barata. ¿Quién inventó solo lo posible?

1 comentario:

castelo dijo...

Que sería de las nuevas hornadas de jóvenes si no existieran las aplicaciones, las app, los pokemon go, y tambien el foigras pamplonica. La ciencia avanza que es una barbaridad, pero sobre todo avanzamos nosotros los humanos, necesitamos creer en algo, y por desgracia, en estos momentos, creo que solo creemos en lo que tocamos y consumimos de forma rápida, urgente, por eso, tantas aplicaciones para ligar, tanta carne suelta y derramada desde el movil a la cama. ¿es malo? que se lo pregunten al que echo el ultimo polvo, o al que vendio su última caricia. Compañero, lo posible se inventó porque de lo imposible sabemos demasiado. besos