jueves, 23 de diciembre de 2010

DOS GOTAS DE VINO


Estaban encaradas, con su panza y su pico, una apuntaba al norte, la otra al sur. Sobre el blancor con vetas grises refulgían por la luz cenital del farol de sobre barra. Era de noche.
La botella, donde habían pasado algo así como dos años, después de varios meses contenidas en madera las guarecía al oeste. Frente a ellas dos hombres a izquierda y derecha. Uno pensó en soplar, el otro en pasar un trozo de papel. El que las servía por botellas llegó y mojó sus dos índices y los estampó en cada una de las frentes de los pensadores. Nadie despertó a un nuevo mundo, seguían existiendo el norte y el sur y el vidrio vacío hacia el oeste, y el hombre de detrás de la barra, habían desaparecido, tan siquiera, dos gotas de vino.

1 comentario:

castelo dijo...

Vuelves a la poesia? o el vino te vuelve a lo metafórico? sea como sea, hemos de descorchar alguna y beber del nectar de la uva curada en barrica. Que 2011 sea eso, un buen año.