sábado, 1 de enero de 2011

Retrato de una efigie


Un vivísimo retrato de Camarón se debe a David Zafra, en él hay una grandiosa camisa blanca de la esperanza de España como en los fusilamientos de Goya, y junto a eso una cara en escorzo con expresividad sin límites. Habrá más cosas buenas en arte con Camarón, pero todo lo que se ha dedicado a reproducir el merchandaisign y la gitanería vulgar (escayolas y cabecitas de oro, y retratos de bar) es una patata-repelente.
Toda esta introducción viene a darme tregua para reconocer que me fui de ligero estando en Madrid y valorando que la novela de Montero Glez sobre el cantaor gitano más influyente y más icónico era oportunismo y poco más; cuando es un retrato vivífico de tres horas en el que el madrileño pone gestualidad al hombre a tres meses de morir, brillo matizado en los ojos, ensoñaciones drogadas, gestos gitanos como mirar y atusar la mano, alegría en el reencuentro con quienes le conocen, y una larga estancia, dentro de tres horas, en el cuarto de baño y no para cambiar un grifo. En poco más de dos cuadros de una obra de teatro Montero Glez ha reconstruido un mundo que nos devuelve viva y herida a la efigie con cara de tigre que si, se ha reproducido tanto y tan mal.
Yo, atenazado por la crisis ví una novelita en 117 páginas, con cuerpo de más de 17 puntos, y pensé enseguida que aquello no podía valer 18 euros, que el de ‘Sed de Champán’ y Marío Muchnik le habían echado un rostro al asunto de los sesenta años del cantaor de la Isla que no tenían nombre, y me equivoqué porque en arte uno no debe estar atenazado por nada. Ni el peso, ni la paja, ni el peso de la paja.
‘Pistolas y Cuchillos’ es un libro de encargo sin duda, y oportunista, y una obra de arte donde con sutileza se desliza un tiempo comprimido con parábola bíblica, porque Camarón fue un Dios si, y así lo sabía antes de ponerse a escribir este Montero Glez, y con ello no se ha acercado a la insolencia, pero tampoco ha tejido un laudato, la eficiencia y el efectismo son parte de la obra, luego si está tejida con sangre, es verdad, y todo eso se ha conseguido; mis disculpas presurosas por tener la cabeza enmarañada con chupachups de escayola que dicen son retratos de este mismo personaje. Ahora bien, la novela con todo no es barata, nadie dijo en verdad que el arte debía estar al alcance de los comedores de habas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

    Bueno, lo de barato o caro, todo depende de quien lo aprecie, y cuanto lo aprecie. Además, no siempre todo es lo monetario, y más después de ponerlo por las nubes para al final decir que no merece ni una gorda (por cierto, aunque los céntimos hayan vuleto, los tiempos de la gorda hace ya mucho que pasaron).

Itan
itan.bitacoras.com o itan.co.cc
 

castelo dijo...

La señora del corte ingles vendedora de libros también pensó que era injusto, que aquel anoréxico libro le hiciese ir dos veces a la estantería, una para buscarlo, otra para dejarlo. En fin, no he leido el libro, no puedo opinar del mismo, pero a veces, cuatro palabras llenan mas que mil páginas y eso querido Luis, es arte. Feliz año.