Lo
tengo reservado, pero a tenor de una larga visita del compañero y amigo que
venía a observar mi obra para escribir unas letras lo saqué. La figura a más
casi del doble de tamaño natural me representa a mi, a mi cuando tenía
dieciocho años y en estas, mientras observaba el lienzo que era un extra y no
venía a cuento de lo que llevábamos entre manos le dije a mi amigo: “si tiene
la cara de melancolía de todos los adolescentes”.
Cuando
salí a la puerta a fumar vi a los dos chicos de la foto, están abandonando la
edad de la cara de melancolía, pero estaban de feria, lo pregunté, si, eran de
fuera y llevaban el desenfado con las dos chicas que les acompañaban y no se
pusieron en la foto por una cuestión sobreentendida, me interesaba el atuendo festivo de estos dos y ellos supieron que me gustaban aún más el
atrevimiento de sus complementos, pero rieron con una risa nerviosa que es
proclive al abandonar la niñez y que en los dentones como ellos se tiene
siempre, una risa complaciente.
En uno
de mis sobrinos he vuelto a ver y veo la cara de melancolía del hombrecito que fui,
a algunos se nos queda, como a otros les sucede cada día su ‘cuerpo triste’ que
cantaron Los Estopa. Tenemos las ideas
de un mundo que estrenamos y no comprendemos entre los trece y los veinte, a
veces se nos queda lo el día a día de nuestros hermanos mayores, las primeras
cuñadas, los regalos de las abuelas, los deseos de las motos, ahora los móviles
y los servicios sedentarios. Un sociólogo creíble dijo que era la edad más
difícil, y en la que se sufre más pánico.
También
quizá la edad de pasarse todo por el ‘arco del triunfo’ y ver que el calendario
por estrenar no va a acabar de pronto. Las películas de adolescentes, he ido a
ver unas cuantas, necesitan un drama para ponernos a los adultos el estómago
revuelto y a los coetáneos el aviso en la frente.
Los
chicos de la foto iban muy contentos por entre los paisanos en feria, iban a su
rollo, desenfadados, atrevidos, risueños y generosos. No les apretaba el
decíamos ayer y hemos hecho hoy, tienen el mundo por descubrir, por estrenar.
Las marcas en el camino, y en la cara y en la entrepierna les irán dando el
carácter profesional, como al cantante de rock que se puso una chupa y se hizo una foto
antes de ser cantante de rock.
Pero
a los cara de melancolía y a los cara de festividad, si comparten edad se les
nota sobre todo en la rosca del iris y en el brillo del cristalino que han visto únicamente
lo que les ha dejado su tiempo de vida. Lo que les quede por ver vendrá solo, se
alargarán las narices y se constreñirán los labios, y mirarán sus fotos o sus
retratos sin pasión alguna, verán en ellos quizá un recuerdo de propio o de otros, del
momento representado, sin saber bien cómo sentían, cómo actuaban, qué les
movía. Por esa inocencia, me regalaron la foto que hoy les ofrezco aquí y por
este pudor 'profesional' guardo el retrato propio en el fondo de armario.
No queríamos todo porque no éramos nadie, no perdíamos nada en ese juego, no inventamos algo nuevo a drede, nos fuimos haciendo y separando, crecimos hasta hoy, en que se nos ha cambiado la cara.Verles así, me emocionó de veras.
No
vuelvan al trabajo, y sigan su vida. Sigan jóvenes, sigan fuertes, sean libres.
1 comentario:
La putada del entuerto es, que hemos cargado ,sobre sus livianas espaldas, todo el peso del futuro, los que nos han de mantener las pensiones, o gobernar el reino, o mantener la especie, o luchar contra el crimen, o .... aún no han terminado la carcajada y ya les hemos amargado el futuro, por eso, querido y amigo Luis estoy contigo: "No vuelvan al trabajo, y sigan su vida. Sigan jóvenes, sigan fuertes, sean libres" Peter Pan paso a la historia porque no quiso crecer para joder el futuro. Es hora de Joder, hagamoslo.
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