viernes, 12 de agosto de 2011


AURUM.Tan plácidamente él se va, camina a dar vida a otros. Deja en el descuido violeta los tres planos de lo que espera después. Las tres fases, las tres alturas que nos separan de la otra parte, entretanto la plataforma surcadora anclada y sin enarbolar. Todo está quieto menos el agua que siempre fluye, que siempre viene y que siempre va. Se recorta a las alturas el aurum que hay para nosotros, y para otros, en la cuenta de los días; de muchos días en los que a veces no lo vemos, no lo tenemos, o no lo apreciamos aunque exista, aunque esté. En poco tiempo se irá, pero volverá, con nuestro aprecio, o con nuestra ausencia.

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