martes, 9 de agosto de 2011


El artista Folk en la zona VIP. Antes de la última canción ante el público hace siempre lo mismo: se acerca donde están su representante y autoridades y les remata un vals vienés. El prometedor artista no pierde nunca de vista a las cámaras, su representante tampoco a las secretarias de ayuntamiento a quienes extiende la mano en un ok que pretende dulcificar el cheque de minutos después. En este caso la alcaldesa, astuta, mira a la secretaria destripando el gesto; el teniente de alcalde está encandilado con el músico y la mujer ampara la estrategia de su marido. No se sabe de la cara de la secretaria ni del cuerpo del alguacil, pero el segundo músico odia a nuestra estrella del folk. La mariscada les pareció a nuestros hombres de empresa una mierda. La secretaria la aprovechó todo lo que pudo, es funcionaria. Era simplemente un espectáculo. (foto: Alfonso Ortega)

1 comentario:

castelo dijo...

Vaya tropa, hasta para entenderla hay que alejarse de su influencia.