Me alegra el resultado de Andalucía. Nada más.
El otro día se celebraba el día de la poesía, el pasado día veintitrés, tenemos tantos días de tantas cosas que esto es aborrecible, menos dos días que para mi sitúan el cumple de dos amigos. El resto, pues vale, quedan desautorizados por ser cada día el día algo, lo que me puede valer para mi trabajo.
Bien, el día de la poesía estaba yo friendo pescao, la tele al fondo, cuando hago esto escucho la tele y miro la hornilla, y entre tanto, discúlpenme no situar que poetisa, esta dijo lo siguiente: “la poesía, como el arte en general, sirve para olvidarse de lo que vamos a comer mañana”.
Así que el 25 de marzo este, como quien no quiere la cosa, me lo pasé haciendo poesía en un colegio electoral por imperativo legal, ya avisé. Y me salieron los versos derechos. A primerísima hora llegaron los pic-nic’s del PP en cajas algo más que una de zapatos para cada interventor, apoderado y allegado, y los del SOE en bolsas arrugaitas. Después llegaron los políticos del PP, alcalde y concejales, diputado nacional y otros concejales: 9.15 primera visita y 12.30 segunda.
Allí estábamos todos como firmes, pero poco a poco se rompió el hielo y nos fuimos contando cosillas. Los viejos madrugan, los jóvenes, los que han dado el achuchón al PSOE, lo hicieron de tarde. Mi mesa no daría ni la uña de un diputado: 200 votos de 491 votantes.
Entre recesos me encuentro con un interventor socialista, viejo conocido, que tuvo una empresa, una peculiar empresa que se dedicaba a la repostería y tenía casi, o sin casi, a media plantilla de disminuidos, caso raro, a su vez era un cargo cofrade, y había obtenido subvenciones para aquella factoría del desayuno. Me cuadró todo, amable y confiado me contó el devenir de aquello y dos perlitas de la mayor factoría de pollos de aquesta provincia, que ha descapitalizado para dar suspensión de pagos, idem que los mayores vendedores de vehículos de todas clases, ínclita familia a la que se le están muriendo los viejos, que ha hecho lo propio, primero ERE, después suspensión, y el dinerito a otra parte. De su fortuna de hace una década me cuenta el engaño de sus socios, su recolocación en una organización que representa a aquel 50% de la plantilla, y su devenir posterior, hoy bien colocado. Fue, con todo, una sorpresa verle de interventor socialista.
En mi mesita, hay un joven capillita total, estilo sevillano, gracioso, del PP aunque sus padres son de IU y PSOE, alienta al partido de la mayoría de votos porque cree en lo privado y no entiende que los ricos tengan que pagar más, estudia ciencias políticas, pero ve difícil su carrera, quiere ser empresario de eventos, márqueting…. Lleno de vida y esperanza, con una pluma torcida, me cae requetebién, y con él, con sus veinte años, y su desparpajo, hicimos muy llevadera la jornada para todos. Se reía de los viejos de los suyos, se tomaba con relajo su trabajo. Llegará quizá a hacer dinero de lo suyo si le viene ayudita de Europa, qué he dicho, si le mantienen los descuentos de esta Reforma.
Me vine a comer a mi casa y me pasé media hora, como la que había salido antes, y como se lo tomó así de bien el presidente cuando se fue detrás de mí. A la vuelta, el viejo del que se reía un tanto el joven aprendiz de empresario, chófer de los gobernadores civiles franquistas, se llevaba la cajita del pic-nic que le correspondía y no comió, y a la vuelta de su casa le trajo un pestiño al joven de la pluma torcida y la risa puesta. Paradigma del día, el pestiño.
Al recuento, una socialista casi recién llegada tuvo un atranquito conmigo por si se daba nula o no una papeleta del PP. El Psoe quería a última hora hacer una cencerrada en los campos para espantar las gaviotas cuando sus cargos públicos madrugaron y comieron tarde para estar de cuerpo presente en los colegios, como manda en quienes se juegan algo en el lugar de los hechos.
Acabamos antes de la hora normal de una cena. Al ir a llevar las actas y ver que los chavalillos de otra mesa encontraron como respuesta en Los Nacionales que ellos no les podían llevar en su coche, pero sí custodiar el taxi que cogieran, ofrecí mi vehículo para todos, a la vuelta, e interactuando con un chavalillo avistado en el barrio, que este si, tenía la pluma derecha a sus veinte pocos, le quise alegrar después de lo pasado con, un bueno, ¿pero los sesenta eurillos no han estado nada mal, no?. Contestación: “Sesenta euros por estar todo el día ahí, con eso yo me limpio el culo”.
A día de hoy tenemos las necesidades básicas cubiertas, comer, reir, cagar, la jornada no fue de arte, tampoco es eso, no sirvió para ‘olvidarnos de lo que vamos a comer mañana', pero a los que estábamos allí, nos salió con los renglones derechos. Y mañana era hoy, donde se empieza a amasar el pan que, no se lo pierdan, estará para servirse el 19 de abril de 2011, ochenta años y cinco días después de decretarse la II República, no se hagan ningunas ilusiones. Lo que les toque del pan ya cocinado, recójanlo y una vez en su mano dos posibilidades: se lo llevan a la boca, o se limpian el culo, según lo sobrados o necesitados que ustedes estén.